La Espiritualidad Real®
Sólo con madurez emocional es
posible comunicarse
concientemente con Dios
La espiritualidad real®
Este concepto se ha creado para llenar un vacío que en la actualidad existe y que confunde peligrosamente a las personas, ya que la gente utiliza la palabra espiritualidad de una manera muy superficial e irresponsable. A nosotros se nos ha revelado que espiritualidad es la comunicación que existe entre un ser humano y Dios, pero a la fecha se ha creído que cuando una persona cualquiera manifiesta algún interés o alguna relación con lo religioso es espiritual, y nada mas falso que esto, más aun, hay quienes consideran espirituales a las personas que realizan lecturas de diversos autores de temas relacionados con la superación personal, incluso con temas filosóficos. Y los casos peores son de aquellas personas que se consideran así mismas espirituales por diversas razones egoístas.
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Dios me ha dicho que cualquier persona solo podrá ser espiritual hasta que obtenga la plena conciencia de que posee un alma que debe perfeccionarse de acuerdo a Su Voluntad. Esta conciencia solo la podrá adquirir hasta que viva plenamente un encuentro personal con Él. Por lo tanto, la espiritualidad real® es la relación que existe entre un ser humano que esta plenamente conciente que debe perfeccionar su alma para servir a su Señor Dios Todopoderoso, de quien ya no tiene duda alguna de su existencia. Una persona que adquiere dicha conciencia pone sin reparos ni condiciones su vida y voluntad al servicio de Dios.
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Una persona realmente espiritual ha adquirido dicha condición sólo si Dios mismo se la ha otorgado.
Qué no es la espiritualidad real® :
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Debido a que es sólo Dios quien elige a cualquier persona para hacerla espiritual, esta no es una característica exclusiva para gente especial, no es sólo para “iluminados”.
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Al recibir de Dios la verdadera espiritualidad, no seremos poseedores de poderes o “dones”.
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La espiritualidad real® no forja en quien la posee una personalidad de “nerd”, sacerdote, pastor, resandero, bobo, hipócrita, beato, entre otras personalidades que por ignorancia se cree poseen las personas espirituales.
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Una persona que está comprometida con su propia espiritualidad real®, no es alguien que se la pasa con “Dios en la boca", rezando todo el día o cargando la Biblia bajo el brazo. No tiene absolutamente nada que ver con intenciones religiosas o sectarias.
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La espiritualidad real® no crea personas aburridas y sin iniciativa, es totalmente todo lo contrario, en la actualidad todas aquellas personas que son grandes empresarios, excelentes deportistas, artistas triunfadores, entre otras personas exitosas que se sienten felices y satisfechas por sus logros y actividades, siempre han expresado que el sentido de sus vidas lo encontraron al comprometerse con su legítima espiritualidad real®.
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La carencia de espiritualidad real® se identifica cuando cualquiera reconoce y acepta factores que no le han permitido crecer cómo persona, cómo el egoísmo, el resentimiento, la frustración, la soledad, el miedo, la intolerancia, la ansiedad y una gran sensación de vacío. Aún cuando se obtienen resultados favorables en las actividades diarias, siempre parece que algo no anda bien, y esta duda no permite disfrutar totalmente lo logrado. El convencimiento para hacer algo y poder alcanzar la espiritualidad real® comienza precisamente en el momento de aceptar que tenemos que eliminar esos rasgos de nuestra personalidad que no nos están permitiendo sentirnos completos y que por nosotros mismos no hemos podido lograrlo, cuando con total sinceridad reconocemos que tenemos que cambiar, aún cuando debamos confiar en Dios para que nos ayude a ser mejores.
La espiritualidad real® no tiene nada que ver con personas inútiles, aburridas y mucho menos amargadas. La siguiente es una lista con las principales características de este tipo de personas:
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Simplemente con comenzar a renunciar a la nefasta y mal comprendida “autosuficiencia”, comienza a contactar con la realidad, a poner los pies sobre la tierra, dando comienzo a la que será la mejor experiencia de nuestras vidas, ya que cuando luchamos en contra de la tiranía del propio ego, nuestro criterio crece, acabando con los prejuicios y con todo aquello que no nos permite crecer como seres humanos. Confiamos más en la real experiencia de los demás, que en nuestras suposiciones más elaboradas.
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Hay “algo” que nos permite reconocer la diferencia entre los planes y los objetivos racionales, incluso de algunos “sueños” que pueden volverse una realidad, a vivir anticipadamente a través de “pajazos mentales”, que sólo nos condenan a perder inútilmente el tiempo y a sentirnos frustrados.
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Reconociendo que debemos limitar el poder de influencia a nuestro ego, comenzamos a notar que somos más nosotros mismos, y cuando el ego se empieza a debilitar, inmediatamente sentimos que ya no tenemos que fingir para poder vivir.
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Empezamos a distinguir nuestras intenciones incorrectas, nuestras actitudes negativas y a nuestras conductas equivocadas.
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Conforme vamos haciendo cambios a nuestra personalidad, nos agrada lo positivo que vamos descubriendo de nosotros mismos.
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En el momento de la debilidad, de muy dentro de nosotros siempre percibiremos una fuerza que surje para ayudarnos a salir adelante. Nos hacemos concientes de lo mucho que Dios nos ama.
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Maravillosamente llegará el momento en que nos convenceremos que debemos cambiar para ser mejores personas, realizaremos el compromiso correspondiente y en un momento determinado nuestro espíritu finalmente se impondrá a la razón, la conciencia reconocerá la existencia de nuestra alma, y nuestra mente antes sólo racional se convertirá finalmente en un fuerte medio de comunicación únicamente al servicio del Único y Verdadero Dios.
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La espiritualidad real® supera por mucho los esquemas religiosos, porque para poder comunicarse concientemente con Dios no son necesarios ningún tipo de intercesores. Cuando una persona alcanza a ser realmente espiritual habla directamente con Dios, de la misma manera que habla con una persona cualquiera.